Mis ojos raídos en pálidos matices tristes,
en tapiz liso de rostros grises.
Mis ojos lejanos tan ocupados en la distancia que desviste,
en reminiscencias sin tapujos,
en tropiezos llenos de embrujos.
Mis ojos pálidos que roen el pasado con hambre voraz,
siendo y sin ser de la iniciativa a cambio capaz.
Lloro y no veo detrás sino que rompo aquello que creí secreto,
me pierdo y no miento soy de mí ave rapaz.
Mis ojos inválidos me azotan con vista ciega,
pelea furiosa versus la consciencia niega,
estoy cansada y yo me dice ya sosiega.
Mis ojos áridos se cierran en un momento,
era de esperar no esperar en el tormento.
Mis ojos cálidos nacen de nuevo,
