Vacío
En el mundo animal el ser humano es quizás el único que, en lugar de adaptarse al entorno, adapta el entorno a sí mismo con el fin de la supervivencia. La arquitectura es la evidencia física resultante de nuestra adaptación como especie, un vestigio de nuestro paso por el mundo que dibuja no sólo en dónde han habido asentamientos, sino qué tipo de vida se llavaba, el nivel económico y clase social, las necesidades, el estilo artístico de la época, simbolismos culturales e incluso la influencia política.
Es fascinante que mientras el desarrollo de otras especies es rastreable por medio de la anatomía y funciones biológicas, el ser humano ha extendido la marca de su evolución más allá del cuerpo, dejando una huella perdurable a través de las piedras, cemento, vidrio y metal que habitamos. Y es que resulta igualmente intrigante que esa marca no sólo es encontrada en los sitios de nuestro presente, sino también en aquellos que alguna vez fueron ocupados y que ya no lo son.
Los espacios vacíos, el abandono, el polvo y el deterioro arquitectónico nos sirve como una ventana atemporal, que choca entre las perspectivas del pasado, presente y futuro, de aquello que fuimos, que somos, y en lo que nos convertiremos.
- Usa las teclas W-A-S-D o el Joystick (esquina inferior izquierda) para moverte por el espacio.
- Para modificar la perspectiva de la cámara sostén click izquierdo y mueve el ratón. En teléfonos con sensores de movimiento la perspectiva se ajustará automáticamente o también puedes hacerlo de manera manual través de la pantalla táctil.